martes, 27 de septiembre de 2011

A.

Sé que sin ti no podré volver a casa.
Miraré cada baldosa soñando que tú las pisaste aquel día.
Recordaré cada palabra y las esquinas que rodearon esa tarde.
Me esconderé en cada hoja del camino y buscaré tus huellas en el aire.
Aspiraré cada lugar buscando tu aroma.
Porque sin ti no voy a poder volver a casa.
Sin tus zapatos sonando a mi lado, sin tu risa en cada desviación, voy a perderme.
Todos los caminos llevan tu nombre.
Y tus ojos me guían en el recuerdo.
Pero tú no lo sabías.
Tu no sentías nada.
Solo me acompañas.
Solo caminabas.
No me amaste y no has vuelto a aparecer.
No lo sabes.


sábado, 24 de septiembre de 2011

Por tu eterna mirada al infinito.

Se encontraron a mitad de camino. Se miraron. No sabían como definir lo que sentían el uno por el otro. Pero siguieron andando. Esos ojos eran parte de un recuerdo que no acababa nunca. Un verano que les había unido.
Hablar, hablaron de muchas cosas. Por primera vez después de tantas miradas se dieron la oportunidad de conocerse. De escuchar todo lo que el otro pudiera decir. Quisieron reconocer al otro como persona individual. Y descubrieron que pese a las evidentes diferencias, un algo estaba comenzando. Algo que iba a ser difícil y posiblemente largo. Algo que gracias al valor que pusieron en ese paseo empezaba a florecer. La siguiente situación que les una esperemos que sea lo suficientemente silenciosa como para que vuelvan a oírse con la claridad que el primer encuentro dejó en sus corazones. La pureza de cada frase y contestación. La sencillez de amar al otro como persona sin fijarse en lo aparente. Amar. Mañana puede ser un gran día.
Seguiremos contándoles conforme al transcurso de los acontecimientos.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Tragando el humo.

Las campanas de la iglesia sonaban lentamente marcando la hora. Ella estaba en la plaza del Pueblo. Las doce de la noche y la espera continuaba... No quería pensar. Era tan feliz siempre entre sus brazos... Sus palabras y el olor de un Lucky Strike. Siempre encendido en su mano.
Le amaba de una forma pura y verdadera. Amaba sus defectos, sus torpezas. Se sabía de memoria cada sonrisa y cada mirada. Recitaría la lección a cualquiera que quisiera escucharla. Le amaba en el silencio de la espera. Y era feliz, muy feliz.
Era una noche de Septiembre y el frío comenzaba.
Corría lo más rápido que sus piernas le permitían. Podía imaginársela ahí, sola en mitad de la plaza seguramente apoyada en una de las farolas del centro. Cuanto la quería. Era tan distinta a las demás. Cada día le sorprendía con nuevas emociones y detalles. Sus errores eran dulces y tímidos y siempre iban seguidos de una suave disculpa. La quería más que a nada en el mundo.
Por fin llegó a la plaza, deceleró el paso y se sacó un cigarrillo del bolsillo. Verla era la mejor sensación del mundo. Y estaba ahí por él para verle a él.
-Cecilia...
Su voz entró en sus oídos como el mejor regalo. Ahí estaba, toda espera había merecido la pena solo por volver a oírle.
-Asís...

sábado, 17 de septiembre de 2011

-Siempre

No puedo más.
Me duele amarte.
No respiro en la distancia
ni cuando la imaginación me acerca.
Mis articulaciones maúllan,
pues mi alma , con ternura,
acarician mil ortigas.
No puedo más
Me duele amarte

sábado, 10 de septiembre de 2011

Eterna despedida

La noche les envolvía con un frío que penetraba en sus almas. Se miraron. El amor que sentían el uno por el otro era casi palpable. Los sentimientos se unían en esa mirada, la locura enredaba sus mentes. Comenzó a llover y sus ropas se mojaron. No existía para ellos nada fuera de esa silenciosa conversación. Continuaron quietos. La distancia que les separaba no conseguía enfriar sus corazones. Querían que ese momento fuera eterno. Querían permanecer juntos. Cada segundo que pasaba era una nueva oportunidad de amarse. No podían pensar en nada más.
No existe el tiempo en la imaginación de aquellos que deciden darse a otro.
Al poco, fueron acercándose el uno al otro. Él trató de secar el bello rostro que le observaba. Estaban tan cerca ya que oían los latidos del otro. Sentían cada respiración. Y seguía lloviendo. Y seguía la noche como compañera. Y no había nadie.
Comenzó a oírse la locomotora del tren. Y el humo inundó los recuerdos. Y un beso fue su adiós.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Una condesa que vivía en mi barco pirata.

La amistad es algo que nadie realmente puede describir. Cada cual la vive a su manera. Yo por mi parte sé que hay alguien a quien siempre tendré como la mejor amiga del mundo.
Ahora está lejos..Perdida en las calles de París y rodeada de todo lo que sus sueños la piden.
Yo la quiero como a nada en este mundo. Ella lo sabe todo...todo se lo he contado.
Nuestro lenguaje es silencioso. Una mirada un gesto o un ligero movimiento de cejas es la mayor confidencia. Somos profesionales de la partida de mus que es la vida.
Siempre nos hemos tenido la una a la otra y creo que ya formamos parte la una de la otra. Ya nada puede separar nuestras emociones.
Los recuerdos que hemos vivido son eternos en la otra.
La sinceridad no tiene opuesto en nuestras conversaciones.
Hablamos igual, decimos las mismas cosas, pero lo monótono no existe en nuestra risa.
Todas las cosas que hemos hecho juntas son legendarias, casi épicas.
No temo nada si estamos juntas. Nada me asusta si me da la mano.
Nos hemos enfadado un millar de veces, y siempre hemos salido victoriosas pues no somos capaces de vivir sin hablarnos.
Una hermana. Mi hermana. Inés


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Un pequeño cambio

-Gracias-dijo el joven a la camarera que le servía la coca-cola y la hamburguesa que había pedido.
Ese día no comía en casa porque tenía entrenamiento de rugby a las 2.30pm y no le merecía la pena volver a casa para comer.
Además esas últimas semana no solía pasar mucho por casa. Hacía ya cinco meses que había nacido su hermana y su madre estaba muy cambiada desde entonces. Ya no le preguntaba que tal las clases ni le aconsejaba sobre ninguna chica en particular, ya no se metía con la profesora de matemáticas y sobre todo ya no le despeinaba mientras le besaba cuando el salía a las 8.15am de casa. No le observaba mientras desayunaba con su eterno brillo de ojos...
Ahora su madre sonreía todo el tiempo, no paraba de tararear las mismas cancioncillas y caminaba pausadamente. Cuando el llegaba a casa lo primero que hacia era chistarle para que guardara silencio y se acercaba de puntillas al cuarto del bebé para comprobar que no se había despertado por la llegada del mayor.
Todo era distinto y para un chico de 16 años eso no era en absoluto agradable.
La niña era realmente una monada, se llamaba Vera. Sólo se había acercado un par de veces al pie de su cunita y siempre mientras la criatura dormía.

El entrenamiento de rugby fue como otro cualquiera con la distinción de que Fred, su mejor amigo, hizo un ensayo que les dejó a todos boquiabiertos durante unos instantes. El entrenador gritó como siempre lo hacía y les remarcó los fallos que no podían permitirse ante el inminente partido del sábado contra los BlackTigers del instituto Luck Black.
Después se fue con Fred a la cafetería y estuvieron hablando de lo impresionante de la jugada y criticando a los jugadores del otro instituto mientras se tomaban una limonada. Pero él tenía el pensamiento en casa...
-Eh! tú! tu en que piensas? Anda vamos que ya es tarde .- dijo Fred zarandeándole. Al parecer llevaban ya un rato en silencio. -¿Te vas a terminar la limonada?
-¿Qué?- en su cabeza no paraba de escuchar la nana favorita de su madre. Una y otra vez.
-¡Bah! nada, venga ¡vámonos!
Caminaron en silencio y él notaba como su amigo le miraba con cara de preocupación. Se despidieron en la verja de la casa de Fred y él continuó su paseo solo. No sabía si quería llegar ya a casa. Aún era demasiado pronto, pero Miss Jiferson había puesto una barbaridad de deberes.
¡Eso es lo que haría! entraría en casa saludaría si se daba la ocasión y se encerraría en su cuarto.
Seguramente su madre no le haría ninguna pregunta.
Introdujo la llave en la cerradura. Entró y se dirigió hacia su habitación. Al llegar a casa había visto el coche de su padre aparcado enfrente del garaje. Seguramente acabaría de llegar del trabajo, pero era demasiado pronto. No era normal. Se sentó y comenzó a sacar los libros de la mochila.
Llamaron a la puerta de su habitación.
-Cariño,-dijo su madre mientras entraba y cerraba la puerta tras de si.- Hola cariño.
-Hola mamá.
-¿Qué tal el entrenamiento?
-Eh...bien.
-Has llegado un poco tarde ¿no?
-Es que me he quedado en la cafetería con Fred Northon.
-Ah...entiendo.Cariño, quería pedirte un favor ¿Crees que podrás?
-Depende, aún no me has dicho que quieres que haga.-el sólo quería hacer los deberes y acostarse cuanto antes. Ni siquiera tenia apetito.
-Tu padre me ha invitado al cine.
-¡Oh! ¿y qué vais a ver?
-Pues...no lo sé, la verdad, pero Lewis...
-Qué mamá.
-¿Podrías hacerte cargo de Vera mientras estamos fuera?
No había pensado en eso. Que mal se sentía por dentro.
-Eh..sí ¡claro! supongo que sí..
-Bien, ven te voy a enseñar donde están sus cosas.
Entonces el tono de su madre volvió a cambiar y se volvió exageradamente dulce. Le fue enseñando donde estaba la ropita, los pañales, recalcando que ella la acababa de cambiar así que en principio no sería necesario, las mantas, los chupetes de repuesto, el biberón que había que calentar un poco antes de dárselo a eso de las 9.00pm, etcétera, etcétera..

Esa noche los dos hermanos se conocieron. Lewis le enseñó a su hermana toda su habitación , sus posters y algún dibujo que había hecho cuando era pequeño y que aun decoraba la pared con sus vivos colores. Escucharon un rato la radio. Y mientras le daba el biberón le relató todo lo que había hecho durante el día y ... bueno, disfrutó de su constante sonrisa y su entrañable risa. Tenía exactamente los mismos ojos que su madre.
Ha eso de las 10 la pequeña cayó rendida en los brazos de su hermano que la dejó cuidadosamente en la cuna y apagó la luz con un suave susurro.
-Bienvenida Vera.

martes, 6 de septiembre de 2011

Oculto en un sueño

¿Quieres que te sea sincera? ¿quieres saber por qué me pasé la noche buscando tu mirada? ¿quieres que te explique que siento cuando estás cerca?
No puedo, no sé expresarlo con palabras y son torpes todos mis gestos.
He intentado cantarlo, pintarlo, he incluso componer una sonata para expresar lo que siento cuando te descubro en la lejanía. Cuando veo tu silueta andar hacia mi, cuando me deleitas con tu sonrisa más sincera. Cuando oigo las palabras acariciar tus labios. Cuando siento que en mi interior van a hacer erupción todos nuestros recuerdos juntos. Te recuerdo bailando con tu hermano y riendo ante una infantil burla. Recuerdo cada uno de nuestros encuentros y sin esfuerzo describo tus miradas y las plasmo en un cuaderno que guardo en un cajón.
Quisiera que comprendieras cuan grande es la tortura de la ignorancia. De no saber si tú me esperas, si tú me buscas, si tú me sueñas...
No sé si es amor o un capricho pasajero, pero el tiempo sigue pasando y yo cuento los segundos en que no estás a mi lado.
Y me vuelvo a despertar esta mañana pensando que es terrible tener que ir a trabajar a la floristería Hilary and Colors porque está muy lejos de tu casa.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Suenen alfileres

Mi madre siempre decía que en la vida hay que tener cuidado con aquellos que nos adulan. Nos contaba historias sobre reyes de la antigüedad que habían perecido por tener a su alrededor consejeros que se pasaban el día adulándoles y alimentandoles un amor propio que llegó a aplastarles.
Lo mio no es el estilo. Suelo ir lo mas cutre que uno pueda imaginarse. No me gustan las faldas ni las camisas y siempre termino poniéndome los Levis viejos de mi hermano, la camiseta basic del Zara y mis Victoria blancas. El pelo lo llevo corto a lo garçon y bueno si nos ponemos a especificar...siempre me peino con la raya a la izquierda a la altura de la mitad de la ceja. Era una manía de mi padre y yo la he continuado.
Vivo en la calle Chardyke de un pequeño pueblo de Inglaterra llamado Temple Cloud. Era la casa de mis padres y ahora vivimos Adam, mi hermano y yo. Hay mucho más silencio que hace unos años y desde hace mucho ya no nos levantamos con el aroma del bizcocho de mamá. Pero estamos bien. Alquilamos una de las habitaciones del piso de arriba, Adam trabaja en el colegio del pueblo como vigilante los fines de semana y yo me gradúo en Derecho a distancia mientras cuido a los hijos de la señora Raflick. ¿Qué podría intentar tener una vida más ..cómo lo diría propia para mi edad? Sí claro que podría pero...Lo del valor nunca ha sido lo mio.
La vida continua aqui en mi pueblo, algún día tal vez me despierte y descubra que el mundo de fuera no va a atacarme que puedo conocer a la gente que lo habita sin miedo a que me hagan daño..pero hasta entonces seguiré levantándome cruzando la calle llamando al timbre y disfrutando de la compañía de unos niños que no son los mios hasta las seis y media de la tarde.
Mi vecina de al lado dice que soy un desperdicio de chica que debería irme a la ciudad a estudiar y ahí conocer a un apuesto joven que me quisiera y me enseñara como vivir.
Yo me siento mal por ella, pero la vida es como a uno se la dan y no voy a arriesgarme a perder la casa de mis padres y... Oh me siento taaaan cobarde...
Mañana será otro día.

Mi madre era costurera de la sastrería del señor Malick y también solía decir que en un vestido no hay que dejar que a uno le pongan muchos alfileres para resaltar la figura porque terminarás clavándote alguno.



Amistad sincera.

Tengo una amiga que se llama Celia.
Es mi amiga y no puedo hacer nada por solucionarlo.
Tiene una sonrisa que me encanta.
Siempre desborda sensatez aunque intente reprimirse.
Sabe camuflarse en una roca.
Tiene momentos verdaderamente memorables.
Sabe destrozar el mínimo intento de nerviosismo.
Y bueno como os decía es mi amiga.
Por ello la tengo y la seguiré teniendo
aunque se convierta en el ser más insoportable del mundo
o se vaya a vivir al Tíbet.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Soñar no siempre es mentira.

Mientras corría hacia el hotel comenzó a llover. Nunca me ha disgustado la lluvia, pero ese día no tenia ganas de llegar mojada a trabajar y tener que atender a los ricachones de turno con el pelo sucio y empapado.
Aceleré el paso y entre por la puerta del servicio. Es una puerta que poca gente ve. Está normalmente a la derecha de las suntuosa puerta giratoria o bien si el hotel es tan grande como en el que yo trabajo está a la vuelta de la esquina.
Fui a los baños de señoritas y me puse el uniforme. Metí mis cosas en la taquilla y como siempre me guardé la llave en el escote. Supongo que nadie querrá robar a una simple recepcionista, pero por si las moscas yo siempre hacia ese pequeño esfuerzo por mis cosas que ese día eran: el jersey de punto que me hizo mi abuela las navidades pasadas, los vaqueros de Mark&Spencer de toda la vida, mis converse violetas y una pequeña mochila de cuero plasticoso, alias falso que compré en el mercadillo del barrio.
-Buenos días señorita Carser- ahí estaba otra vez como siempre el irónico saludo de Jane. Creo que nunca conoceré a una persona tan buena como ella. Era un gusto tenerla de compañera.-¿Olvidaste el paraguas?-mi cara tomó ese gesto propio de.."que graciosa".- tranquila Miss Perfecta también, pobrecilla está angustiadísima.-Jane nunca se reia de los demás, siempre llegaba hasta el límite de lo permitido pero sin pasarse.
Miss Perfecta o Georgina Natlyn como realmente se llamaba actuaba como un Perfecta niña de papá. Vivía en los alrededores del Bronx. Todos lo sabíamos, pero escuchábamos sus historias sobre la casa en Beverly Hills y los veranos en Miami, con gran admiración. Sí, tiene mucha imaginación nuestra querida Miss. Mucha imaginación y poco intelecto.
-Por qué "pobrecilla?- no entendia porqué ella si que daba lástima y yo no!
-Porque hoy es Miércoles Ellie. Miércoles...
Ah! era miércoles, bien para los que no lo sepáis los miércoles era un día destacado entre los demás de la semana por la llegada del admirable, guapo, sonriente, agradable y encantador Mr Brunestrek.
Como cada miércoles a eso de las 9.00 llegaba el susodicho para desayunar con su anciana tía Françoise Brunestrek que era residente del hotel, casi vitalicia.
Este joven portento de las finanzas según descubrió Harry el portero buscando por internet, era la esperanza de Miss Perfecta de cumplir todas sus fantasías.
A mi personalmente el joven no me llamaba mucho la atención, pero al resto de las chicas del hotel las tenía anonadadas.
- Chicas, ¿no tendréis un secador verdad?
-Eh...Jane! ¿no había uno en la habitación de las limpiadoras? Hanna me lo enseñó el otro día. Se lo olvidaron unos recién casados ¿no?
-¡Cierto! pero me lo llevé a cas...¡ouch! ¡lo siento Georgy!
-Buahh...y ahora que voy a hacer? eh..! que hago ahora!!!
Se estaba histerizando, pero de verdad. Y en el mismo momento en que su chillido inundaba el Hall. Entró su principe azul. Que se dirigió moviendo la cabeza y con un gesto burlón hacia Jane.
-Ejem...perdone señorita, sabe si mi querida tía se ha despertado ya?
-No sé porque ibamos nosotras a saber quien es su tía-interrumpí. Me ponía de los nervios que la gente se creyera tan importante como para que el resto del mundo se supiera su vida en verso!
- Lo siento, señorita. No era mi intención molestarla de ese modo.
Y me besó! a mi! a mi!!!!!
A Miss casi le da un ataque al corazón! y Jane soltó una de sus encantadoras carcajadas. Yo por mi parte le pegue una bofetada! en serio!! lo hice. Siempre había querido hacer algo así y lo hice. No sé de donde saque las fuerzas pero lo hice.
-¿Tiene planes para esta noche?-dijo frotándose la enrojecida mejilla izquierda.
-¿Que tal el sábado?-Siempre he sabido que no sería una de esas chicas fáciles.
-El sábado.
Y se fue.
He de deciros que el sábado me presenté con todas mis compañeras. Jane, Miss y bueno, Harry también vino. Fue la mar de divertido!
Todos los miércoles nos reímos al recordarlo. Bueno, yo por mi parte sigo viéndole todos los sábados, los domingos, los lunes, los martes, los jueves y los viernes. Dentro de dos meses nos casamos y Jane y Miss serán las damas de honor.






jueves, 1 de septiembre de 2011

Dibujando un nuevo presente

Cuando se sueña uno puede imaginar miles de lugares, miles de momentos, miles de personas, de conversaciones, de risas, de fotografías perfectas, de oscuridades penetrantes...
Uno puede salir de su día a día e intentar engañar a su propia razón. Todos lo hemos hecho alguna vez. Todos hemos imaginado un día perfecto con esa persona que nos parece tan perfecta. Hemos procurador ser fieles a nuestro propio carácter y crear un mundo perfecto.

Pero esta mañana me intenté asomar a ese mundo perfecto y todo chirriaba, las puertas cerraban mal, las ventanas no paraban de golpearse contra las macetas, niños gritaban por la calle y llovía aunque no hubiera ni una nube en el cielo.
Hoy ya no era mi mudo ideal. Hoy todo se rompía, todo lloraba, todo sufría.
Y dejé en blanco mi recuerdo. No pensé más en aquellas cosas. Miré hacia afuera y me encontré con un mundo real que tenia fallos que podían molestarme o resultar cómicos, pero que eran coherentes con mis acciones y sentimientos.
Porque la realidad pasa a nuestro lado y si huimos de ella sin conocerla nos perdemos la oportunidad de ser conscientes tanto de nuestros fallos como de nuestras victorias. Y es un sabor que enseña mucho.

Porque no sé el porqué

Cuando nos miramos pasan muchas cosas. Sé que me ves y que mil preguntas inunda tus pensamientos.
Sé que es extraño y que no somos capaces, no al menos por ahora, de definir lo que sentimos,
Pero también sé que en tus ojos quiero ser la princesa, la que te haga reír, la que saque esa sonrisa tuya que tanto me gusta. En tus ojos deseo ser el consuelo...
Tus ojos. Ese Lugar donde todo lo que amo se encuentra. Es el lugar donde reside mi felicidad. Es el Lugar donde descubrí a esa persona que eres y que sé que ya amo. Donde cada una de tus particularidades brilla como centellas en una noche oscura.
No sé porque sucede, no se porque me atrevo pero ya todas las noches sueño con que me miras otra vez. Deseo ardientemente encontrarme con tu mirada. Descubrir cosas nuevas en su interior. Encontrar la certeza de que tú también me amas y que los días de soledad ya van a terminar.
Necesito comprender porque eres tú quien me ha hechizado. Que parte de tu ser tiene la culpa. Quien ha despertado a mi vida y me ha ayudado ha reconocer mi realidad. Necesito conocer todos tus secretos. Destapar tus sentimientos. Tus recuerdos son las historias que tejen mi sombra y necesito verlos al mirar atrás.
Tus ojos negros, infinitos, son obras de arte por descubrir y yo quiero ser su navegante.
Por favor vuelve a aparecer.