martes, 9 de diciembre de 2014

Navidades para siempre.


En Diciembre muchas cosas pierden interés, ya solo hay que buscar una buena manta, escuchar música del tocadiscos, y oír como los niños juegan con los adornos del Árbol. 
El aroma de un bizcocho que inunda el salón y el olor del serrín mientras papá pone el Belén en la entrada.
En unos días será Navidad y todos cantaremos juntos, los más pequeños aprenderán nuevos villancicos y rezaremos juntos y felices. 
Estar lejos de casa es algo que el tiempo no nos dejó evitar, dentro de unos años tal vez podamos volver a Madrid y tomarnos el bocadillo de calamares con los abuelos, y todos los primos. 
Los niños no conocen las luces de Navidad por la ciudad y tampoco han probado el pavo de mamá. 
Pero la felicidad no es recordar, sino vivir. Y mientras estemos todos juntos estaremos siempre en el mejor lugar del mundo para vivir.
Leer cuentos por la noche y diseñar la nueva figurita para el Belén, este año es en madera, los mayores me han pedido un pastor niño que le lleve su manta a Jesús.
Las niñas han puesto todos sus lazos en el Árbol y ya se ha caído un vaso de leche sobre el mantel.