domingo, 21 de septiembre de 2014

Sin atardeceres de domingo.



No es que no quiera esperar, no es que tenga miedo. 
Me despido cada noche de la incertidumbre.
Sueño sin más preocupación que dormir.
Descanso en saber que no hago nada.
Recupero las ganas de crecer.
No es que no quiera esperar, estoy esperando.
Espero cada día y cada respiración.
Escucho las dudas de tus labios.
Siembro esfuerzos y ricas luchas
Encuentro tu mano, que besa la mía.