jueves, 15 de mayo de 2014

Today is no more without you.



Escuchar jazz por la mañana, coger un vuelo a las 8 de la tarde. Dar un dulce paseo a la sombra de los pinos del bulevar recordando miles de paseos que dimos desde muy pequeñas. Unas veces corriendo, otras en bici, con patines o jugando con una pelota. Pasaba el tiempo y empezamos a cantar inventándonos segundas voces, bailando y grabando vídeos absurdos. Hablábamos y nos contábamos mil y una inquietudes, inventábamos idiomas y seguíamos jugando mientras paseábamos, juntas. Subir la cuesta a toda prisa porque llegamos tarde a misa y bajar soñando con sentarnos en una de sus terrazas sin pensar en los deberes sin hacer.
De cada lugar que me rodea tengo miles de recuerdos contigo, solo tengo que cerrar los ojos e imaginar que estás a mi lado, oír tu voz cerca de mi contándome algún percance que has sufrido en el día de hoy y escuchar tu risa después de alguna de mis incongruencias. Estoy deseando abrazarte, en un aeropuerto, como en las películas.  Preferiría pasear eternamente contigo por el bulevar pero ¡soy tan feliz de verte tan llena de paz! Preferiría no tener que separarme de ti y que me dejaras ir allá donde tu vayas. Me gustaría estar en todos tus días, en las lágrimas, en las dudas y en las carcajadas más irrefrenables. Este año sin ti ha sido realmente difícil. Ahora me regalas 4 días con mi hermana. Gracias, lo necesitaba. No sabes cuanto. Pasear por un bulevar de Suiza seguro que también es maravilloso, porque lo que realmente importa es que estemos juntas.


sábado, 10 de mayo de 2014

Escribir para hablar.



Muchas veces empiezo a escribir solo por sentir que mis dedos se pasean con rapidez por el teclado. Escribo cualquier cosa, no importa lo que sea. Escribo frases, frases como por ejemplo: "Si alguien la hubiera mirado en ese momento, habría sido consciente de que dentro de si ella había perdido la batalla y ya nada podría hacerla querer respirar de nuevo."
Posiblemente podría seguir escribiendo acerca de esa frase y contar que la desesperación que sentía no podía traducirse ni en la mejor de las melodías. Que todo había desaparecido, su error había hecho desaparecer cualquier posibilidad de felicidad futura, había apostado todo a una carta, y resulta que no quedaban más cartas en la baraja. Perdida una, perdidas todas. Una baraja no sirve si no está completa, digan lo que digan...
Si os contara más cosas sobre ella, Alix. Bueno, si siguiera hablando de ella, si os explicara que es lo que le ha pasado, por qué ha estructurado cómo va a ser su vida a partir de ahora, si os contara que ya nadie va a amarla nunca más. Bueno, si os dijera éso, terminaría el argumento rápidamente, porque si realmente alguien piensa que nadie va a volver a amarle de esa forma especial que hace que lo arriesgues todo, ese alguien deja de ser interesante, porque lo que hace que las historias se cuenten es la esperanza que siempre queda al pasar la página.
Seguramente Alix tendrá mejores momentos en su vida sobre los que algún día os hablaré, pero esta tarde necesita escribir rápido, sin pensar, sobre el teclado de su ordenador, sin tratar de complacer a nadie. Sólo escribir. Palabras, palabras y más palabras... Mantener su mente ocupada en la música que suena en el tocadiscos y tratar de seguir el ritmo con los dedos.