sábado, 15 de enero de 2011

Tras la ventana

Me moría de ganas por verte aparecer. Aquella tarde debías de pasar por delante de mi ventana junto a tu amigo el señor Hingam a eso de las cinco. Eran las cuatro y cuarenta y yo ya estaba ahí, esperando tu aparición por la esquina de la calle Prinkel. Estaba lloviendo, pero eso nunca te había impedido ir a tu partida de los viernes. Seguramente llevarías tu paraguas verde, color botella.
El frío empañaba el cristal y me pasé los siguientes diez minutos haciendo carreras con las gotas que resbalaban por la fría superficie...
¡De repente!apareciste, corriendo calle abajo..ibas solo y llevabas la ropa empapada. Te paraste en la puerta de mi casa...no podía ver que hacías..pero oí el timbre. NO PODÍA SER no era posible que eso me estuviese pasando a mi...Baje a toda prisa, corriendo escaleras abajo, y sin pensar en lo que hacía..abrí la puerta de golpe.
No estabas.
Mi padre me miraba desde el sofá del salón con el entrecejo fruncido, por encima del periódico de la mañana.
-Que haces hija mía...nunca te había visto comportarte así..Quien es?que pase!Porque esa cara hija...¿te encuentras bien?
-Ah....no..no hay nadie papá.
-Ejem, sería un graciosillo de esos...¡hoy en día los chiquillos no saben que hacer en sus casas!-y volvió a enfrancarse en su lectura...
Iba a subir a mi habitación pensado que todo había sido una de mis fantasías, cuando vi un sobre bajo la puerta..solo sobresalía unos centímetros..

Continuara...

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