viernes, 21 de enero de 2011

antes y siempre

Pasaba el tiempo en el pequeño pueblo de la sierra, el frío volvía a llegar como todos los años. la gente se metía en sus casa y largas conversaciones se comenzaban alrededor de la estufa del salón del vecino.
Los niños pequeños leían o jugaban a indios y vaqueros, lloraban o se servían imaginarias tacitas de té...De vez en cuando se oía caer un plato o un jarrón en la casa de al lado, o una partida de canicas en el piso de arriba...Pasaba el tiempo en el pequeño pueblo de la sierra, y los adornos y los villancicos adornaban sus calles. Los niños pequeños con sus hermanos mayores, transportaban pesados abetos hasta en portal de las casas donde la mujer del casero esperaba con una escoba vieja y estropeada...Pasaba el tiempo en el pequeño pueblo de la sierra y se veía a la gente haciendo cola en la frutería para conseguir un racimo de uvas para la familia, se congregaban todos, abrigados y con frío en la plaza del ayuntamiento y esperaban a que llegara un nuevo año, mirando atentos un reloj tres minutos atrasado que colgaba peligrosamente de la torre...Pasaba el tiempo en el pequeño pueblo de la sierra y después de haber disfrutado de los regalos de Sus Majestades todo volvía a oscurecerse en el camino hacia la escuela del pueblo de al lado, hacia la pequeña oficina de correos, hacia la panadería, hacia la papelería, hacia la farmacia, hacia la oficina de empréstitos ..hacia cualquier lugar al que se fuera, una pequeña nube de monotonía y rutina iba ocupándolo todo...Pasaba el tiempo en el pequeño pueblo de la sierra, llegó la Pascua y el llanto, los velos negros y la procesión del Cristo, la alegría y los cánticos, los huevos de Pascua y las caries...Pasaba el tiempo en el pequeño pueblo de la sierra y un día, un día de verano en que el sol resplandecía y se veía a los niños cabizbajos o al contrario relucientes con el boletín de camino a casa, llegué yo.

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