martes, 26 de julio de 2011

Reflejado en una lágrima propia

Está lloviendo y sus ojos azules están cansados de parpadear. No quiere mirar atrás, no quiere respirar el aroma de la lluvia que nos trae un nuevo día.
Llueve, y llueve y la lluvia me recuerda a mi madre cocinando.
Y vuelvo a pensar en ella y la imagino tumbada junto a mi. Sueño con su rostro empapado por la lluvia que me dice que siempre me ha amado que nunca se separara de mi que crearemos una historia tan bella que la gente decorará su vida con nuestra luz.
Y sigue lloviendo y su sonrisa va evaporándose en la niebla y mis sueños se desvanecen mientras de la cocina llega un olor a tostadas recién hechas y una voz me anuncia que hoy tengo otra oportunidad.

1 comentario: