lunes, 22 de noviembre de 2010

Leer

¿Quién sabe dónde estuvo?..nunca lo dirá. Peter sabía lo que hacia, pero perdió el norte. Cada aventura le situaba en lugares e historias distintas. Ahí, en su habitación empapelada de ilustraciones que le habían ayudado a vivir en esos lugares..maravillosos, terroríficos y románticos. Era muy pequeño, no creció..no pudo, no tuvo tiempo...Si le mirabas fijamente a lo mejor podías entrever una sonrisa o una pequeña lágrima que tintineaba en su ojo izquierdo.. Llegó a sentir tantas cosas..Sé que se enamoró, se agobió, temió a la muerte,..Con frecuencia le oía llorar desde mi habitación.
Por la noche solía venir a mi cuarto a contarme una historia fantástica y terrible a la vez..donde mi personaje :la princesa Pat, vivía todo tipo de aventuras, un día era feliz y otro desgraciada;madre o enamorada... Mientras me relataba esos cuentos en los que yo terminaba durmiéndome navegando entre sueños, llegaban a saltársele las lágrimas. Los vivía con verdadera emoción..A través de esas historias conocí a mi hermano. Le quería mucho. Era tímido, más bien retraido, y le gustaba la soledad, una soledad acompañada de amigos fantásticos que le engañaban, hablaban a sus espaldas, le contaban sus problemas, le pedían cosejo, le preguntaban por sus cosas y le apreciaban. Tenían nombres y apellidos, historia y familia..Mi hermano bueno, él era muy orgulloso y celoso, le costaba compartir y nunca les contaba nada ni a mamá ni a papá. Sacaba muy buenas notas pero sólo porque llegaba a imaginarse que era parte de sus fantasías, no vivía aqui...estaba ausente. Era cariñoso y sensible..
Y un día por la noche mientras que yo esperaba que entrara a narrarme otro suceso de su imaginación. Le oí llorar amargamente y reconocí a mi hermano detrás de ese llanto..esa vez no era ningún personaje de novela el que lloraba, era él..
Empujé la puerta de su habitación y le vi llorando sobre su cama, tenía un montón de folios escritos y con dibujos, esparcidos por todas partes. Me acerqué a él y le di un beso en la frente..tenía fiebre y me sonrió..
-¡He salido!-susurró en un excitado murmullo que se escapaba de sus finos labios.


No volvió a leer ni a escribir. Y la novela de su vida fue: "Como Pat y yo salimos victoriosos"- Pues cada noche había escrito todas las historias y relatos con que yo dormí mi infancia...

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