Y salió el Sol.
Y ya no olía a ti.
Y las zapatillas estaban debajo de la cama.
Y tu abrigo seguía colgado de la silla.
Y solo llovía en mi.
Y la tostadora no quería funcionar.
Y el café me quemó la lengua.
Y me puse los tacones negros.
Y se me olvidaron las llaves del coche.
Y la vecina me saludó con cara de pena.
Y el cuando salí a la calle sentí tu presencia a mi lado
y nunca he vuelto a estar sola.
me gusta mucho. es diferente a tus otros textos. es... curioso! =)
ResponderEliminarme he topado con tu blog y me ha encantado :D
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