sábado, 28 de diciembre de 2013

Dicen que el tiempo...


Dicen que el tiempo, a veces, miente cuando llueve. 
He oído todo tipo de historias,
 he escuchado sonidos escondidos en pequeñas historias.
Cuando decidí apagar la luz, todos dormían.

 Nadie me oyó salir.
 Al cerrar la puerta,
 una dulce melodía apareció en la lejanía.
 Dicen que el tiempo, a veces, miente cuando llueve.


Una tarde de invierno, una tarde de Diciembre, llovía con constancia en la ciudad. Todas las ventanas estaban encendidas y solo dos pequeñas siluetas caminaban sobre el agua. 
El frío helaba sus pies y el silencio escuchaba su conversación. La soledad del paseo hacia que cada paso fuera eterno. Puede que nadie los viera. Cada ventana encendida guardaba el calor de miles de historias distintas. Familias discutiendo o sonriendo. Niños jugando y saltando antes de dormir. Palabras importantes, únicas, entrañables o suspicaces.
Las dos siluetas permanecían sin nombre. Su historia aún no podía escucharse detrás del caer de cada gota. 
Las farolas fueron apagándose, los escaparates estaban empañados por culpa del frío. El viento helaba los baldosines de la calzada. Las cortinas se cerraban.
Las dos siluetas permanecían sin nombre. Una pequeña luz, invisible, les mantenía. La luz era constante, con un brillo que seguía paseando junto a ellos. 
Dicen que el tiempo, a veces, miente cuando llueve. Quienes lo dicen esperan que la lluvia engañe al tiempo y ponga nombre a quienes pasean.



1 comentario:

  1. Sencillamente poesía. Qué bien escribes.
    "La soledad del paseo hacia que cada paso fuera eterno."

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