martes, 31 de diciembre de 2013

Sólo puede sonreír.



Cuando Louise recuerda ese maravilloso otoño solo puede sonreír. La vida en Toulon empezó sin grandes expectativas, un día de lluvia que acababa con el verano.
La primera fiesta del curso fue en la casa de los Hemfreuse, una familia muy distinguida y con muy buen gusto, según la anciana Henriette, la cocinera del comedor social de la rue Leonard.
Se podría decir, que ahí comenzó la nueva vida de la joven. Ahí, empezaron  numerosas conversaciones distintas que no acabaran en mucho tiempo, si Dios así nos lo concede.
Sin darse cuenta, la joven Lousie, fue adentrándose en un pequeño círculo. Sinceras y nuevas amistades a las que dedicar un tiempo precioso lleno de risas y de profundas inquietudes.
Los lugares que sirven de marco a las distintas anécdotas que se sucedieron a lo largo de los fríos meses, son eso, lugares. Lo que de verdad distingue estos meses de todos los demás, es el valor con que  Louise consiguió adentrarse en las maravillas del tiempo. Atreverse a formar parte de la vida de tantos otros. Empezar a salir, poco a poco, al exterior de todas las sonrisas y todos los llantos.


Feliz año y Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario