domingo, 6 de noviembre de 2011

Amarillo

-Corre Tommy!!
-Ya corro, lo que pasa es que mis piernas no quieren correr más...
-Pues diles que se esten calladitas vamos a volver a perder el autobús.- La distancia entre los dos niños cada vez era mayor.
-Dex...espera, por favor-jadeaba el pequeño.
Dexter llegó al último cruce de cebra. El autobús estaba parado y sólo quedaba una niña por subir.
-¡Espere!por favor. Mi hermano pequeño está cruzando.
Era verdad, en ese mismo momento el pequeño Thomas cruzaba la calle. Un coche rojo torcía la esquina a toda velocidad. Lo conducían dos chicos jóvenes que volvían de celebrar una fiesta en casa de un amigo que estaba sin padres ese finde.
TOMMY..!-un dolor que desgarra inundó la calle... Y poco a poco todos los niños fueron bajando del autobús amarillo. Lágrimas rociaron el asfalto y el silencio envolvió a Dexter para siempre.

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