Toda batalla tiene sus momentos de gloria y sus desesperanzas.
Hoy en día la gente se preocupa por lo que tiene y lo que no tiene, lo que le dan y lo que le quitan.
Se escribe acerca de la injusticia, sobre los derechos robados, sobre la desigualdad. Se juzgan unos a otros. Se interroga a una humanidad que no escucha más que sus propias respuestas. Hoy en día, parece imposible pensar que existen niños que sonríen cuando empieza a nevar en la capital. No existen los sueños de un futuro sonriente. Todo se colorea en tonos grises matizados por pequeños ignorantes que siguen regalándonos carcajadas e inocentes frases.
Entre ese barullo que intenta oprimir al futuro existen momentos en que soy completamente feliz. Gracias.
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