domingo, 27 de mayo de 2012

Felicidad




Comprobar que toda sonrisa es poco, y que mis labios no me pertenecen.  Sé que esto es algo eterno, que es el principio y el final y que mientras seamos "nosotros" todo será perfecto y todas las batallas acabaran en la Victoria que supone tenerte a mi lado.




miércoles, 9 de mayo de 2012

Por nuestro futuro en este presente.

Pertenecer a alguien,
 a uno mismo,
 a otro, a los demás.
Pensar en ti,
 en mi,
 en cada segundo,
 en cada sonrisa,
 en cada regalada felicidad,
 en cada suspiro.

 Soñar con volver
 Desear el presente
 No perder el futuro
Entender tu silencio
Compartir cada fallo
Nuestra resurrección
La dulce recompensa de la oscuridad pasada

Reconocer lo único
Temer la verdad
Esperar tus ruidos
Oler tus pasos
Reconocer tu presencia
Vivir perteneciéndote
Aprender a perdonarme
Querer amarte
Saber enfrentarme
a cada nuevo día sin ti.
Esperarte.






http://isavicent.blogspot.com.es/2011/01/2.html



domingo, 6 de mayo de 2012

Nos quedamos sin adiós.

Querido Sebastian,


Sé que te extrañará estar leyendo una carta firmada por mi, pero debes creérme, me está costado horrores escribirla.
Cuando me fui , lo hice sin pararme mucho a pensar. Sabes que nunca he sido perseverante en mis decisiones, pero esa vez era algo irremediable y lo hice sin más.
Ya han pasado 7 meses. Siete meses en los que no he vuelto a saber nada de ti y  en los que he pensado mucho en aquello que éramos nosotros. Lo recuerdo todo.
Comprendo tu confusión. No dije ni una palabra coherente, me limite a negarlo todo y me fui buscando el alivio que mi corazón se desesperaba por encontrar.
Perdóname por todo, por cada recuerdo que te negué y por cada sonrisa en la que pretendí mentirte.


Te quiero, pero no de la forma que mis actos habían reflejado. Me sentía como el niño que juega a indios y vaqueros y durante el juego, llora, rie, grita y se consuela. El problema era que mi escenario era real, al igual que los personajes, pero mi caprichosa inmadurez no quiso darse cuenta.
Cuando por fin el juego acabó para mi, todos, y digo todos Sebas, no sólo tú. Todos me mirasteis como a una desconocida que atacara la calma de vuestro semblante.
Todos esperasteis que regresara, que volviera a ser yo misma, la que vosotros conociáis, y que comprendiera que todas esas dudas, inseguridades y culpas que ahogaban mi alma, eran falsas.
Pero ¿cómo algo que duele tanto puede no ser real?
En esos días no soportaba mi propia compañía.
Yo sabía todo lo que os había hecho, todo lo que te había hecho creer y no me cansaré de pedirte perdón hasta asegurarme de que comprendas que esa persona con quien viviste esos casi 3 años. Ella no existe, ella era cruel y egoista y jugó con tus sentimientos y yo tengo esa espina de hielo en el corazón y solo tú puedes dar descanso a mis lágrimas.
Perdoname,


Anne







sábado, 5 de mayo de 2012

Gris

La habitación era pequeña, recuerdo a mi madre cosiendo los pantalones de pana de Neith. Fuera llovía. Me da miedo la lluvia. Papá se fue en un día de lluvia. Todo fue llanto ese día. Se fue para no volver. Supongo que todo paso mucho antes, pero ese día se quejaron las nubes. Ese día la naturaleza gritó "basta". Una tormenta de verano, un verano de sequía. No habíamos podido cultivar nada en el pequeño huerto de detrás de la casa. Todos los vecinos lo vieron. Todas las ventanas se llenaron de miradas. Yo sujetaba la pequeña muñeca que papá me había regalado unos días antes diciéndome "Gatita, mírame, esta muñeca es para que nunca te olvides de mi aunque te cueste". Años después me di cuenta de que era la venganza que dejó en la casa. Que yo nunca me olvidará de él. Era un pensamiento retorcido. ¿Nos quería? No lo sé, mamá nunca quiso hablar de eso, lo único que me quedan son pequeños recuerdos que emborronan mis bocetos para el nuevo personaje de mi cuento: "Quién es cual". Mañana tengo que entregar el dossier preparatorio. Tengo a todos los personajes pero no consigo encontrar a la pequeña Nicole. Nunca me había atrevido a hacer un cuento biográfico. Pero supongo que son cosas que llegan con la edad. Siempre he escrito libros que alegren la infancia de niños que no conozco, pero ahora escribo sobre la infancia que no conseguí alegrar. La mía.
Y la muñeca pelirroja de largos rizos aún está sobre mi cama cantando a la lluvia con su vestido gris.