Cada paseo había sido una aventura. Cada esquina un peligro que acechaba. Su secreto solo estaba seguro con ellos, con los dos...
En esos días descubrieron nuevos lugares a los que tomar cariño, nuevas plazas de aparcamiento en las que dejar dudas y lágrimas.
Se encontraron juntos, juntos ante todo aquello que quisiera romper su unidad.
El silencio fuera hizo de las sonrisas ocultas las más bellas.
Soñaron cada minuto, respirando los mismos parajes... Vivieron el presente sin temer al tiempo...
Poco a poco esos días se convirtieron en algo épico, en algo digno de ser recordado siempre jamás de los jamases como ese tiempo en el que fuimos, juntos, lo más grande del mundo sin que nadie notara nuestra presencia.