jueves, 5 de febrero de 2015

Mi querida memoria.



Hablar de amor escuchando blues es algo que repetiría cada día.
Enamorarse es un privilegio sin tiempo y con memoria. 

Muchos días cuando me despierto doy gracias por ese momento en que sentí tu presencia a mi lado. Habías hablado muchas veces, yo había tratado de mostrar interés sin querer conocerte, solo por educación. No quería a nadie en mi vida. Quería pasar los días sola, yo. Yo misma y mis lugares, mis cosas, mis preocupaciones. Sentía que esa tranquilidad era la que necesitaba, así me sentía segura y respetada. No había riesgos ni decisiones compartidas.
Y en pocos segundos, sin querer, desde la indiferencia frustrada de resistir...
Estabas ahí, y me mirabas, y me escuchabas. 


Hablar de amor escuchando blues es algo que repetiría cada día. 
Mucha gente piensa que el amor se acaba, que es una lucha perdida. Pero enamorarse es un privilegio sin tiempo y con memoria. Y es ese tiempo que no existe lo que hace perdurar a la memoria en un presente que no se acaba. 
Vivir cada segundo la injusticia impuesta al egoísmo de amar a otro.